viernes, 14 de enero de 2022

León, capital: recuperación matizado por la pandemia de las celebraciones en honor de San Antón

 








De la Piedad a San Antón: «Chitón»



El lógico frío del arranque del año por enero, llena de alusiones el paremiológico refranero. Y que se va a hacer si es lo normal «por este tiempo», más allá de pareados y el título confirma. «Nestus díes», como antaño alguno parlase, por muchos sitios de la provincia además de «un frío de alma» pasan más cosas. Sin ir más lejos, la popular celebración de los llamados «Santos de invierno», «Santos barbudos» o «Santos con botas» —además de otras acepciones—, entre los que cada día 17 San Antón «escumienza» el lote. Ya lo mostraba «el decir» de tantos lugares en España: «de los Santos frioleros, San Sebastián el primero; detente varón, que el primero es San Antón».
«Echando un vaso», mi amigo Santiaguín —vocacional joyero gordonés en la castiza calle Ancha y sagaz contertulio «a la vieja usanza» en la más socarrona y espontánea disposición para «el dardo en la palabra»— me recordaba el refrán que titula «estas letras». Luego, dirección a San Isidoro, gélido y con fuerza soplaba «el norte» por Torres de Omaña —en el barrio de Santa Marina—. La circunstancia sirvió para que además, al modo de la costumbre montañesa del Alto Bernesga donde se crio, Santiago me contextualizara en el mes y contase que, también por este tiempo, el menguante de la luna hace que por León ésta sea visible sobre el tibio azul de la tarde en su peculiar «silueta mentirosona», antes de anochecido y mientras merman el sol y el barómetro. Algo parecido a como, ya amanecido, el creciente da pie a similar vista en algunas mañanas de helada y característico blanco manto en «praos», «barcillares» y «majuelos», como bien conocen los cazadores. Pues bien, éste es el invernal tiempo por San Antón, si es que no nieva.
Pero este año «la gafura» de la pandemia y las precauciones ante la misma, de nuevo, van a impedir en muchos puntos de la provincia cumplir con la tradición. La Bañeza ya lo ha anunciado y se unirán más a la iniciativa, sin faltar lugares donde con precauciones y formatos acordes a norma no se interrumpa. Por tanto, complejo panorama para los actos habituales y procesiones con el Santo y su inseparable «gocho» al modo que la costumbre ha marcado a cofradías, parroquias o los propios vecinos en pueblos y ciudades —para los curiosos, más en mi blog http://elrincondesanantonenlascomarcasdeleon.blogspot.com/—.

"Me recordaba Santiago también que, «cuando la pandemia de hace un siglo», a pesar de las muchas víctimas, la situación dio pie a reflexiones como aquella de «menos mal que esto vino por las personas que, si viene pol ganao… la ruina total». Tal vez San Antón los protegió"

Tal vez se verán afectadas las tradicionales rifas o subastas de cerdos de todos los tamaños y de típicas partes o productos del mismo —«jeta» o «cachola», manos o «uñas», lomos, chorizos… entre otros en Acisa de las Arrimadas, Astorga, La Bañeza o Calamocos—, además de tartas, como en Algadefe o Laguna de Negrillos. Puede que tampoco se echen los típicos, ingeniosos y satíricos «refranes» sobre sucedidos al modo del mítico Leonís de Las Grañeras. Tradición, bien documentada por la etnografía, la literatura o los Cuentos en Dialecto Leonés de C.A. Bardón, contenido que Manu Ferrero recita cada año en la capital en la «hoguera de la víspera». Lumbre referencial junto a la de San Juan, inevitable en Villademor de la Vega.

Me recordaba Santiago también que, «cuando la pandemia de hace un siglo», a pesar de las muchas víctimas, la situación dio pie a reflexiones como aquella de «menos mal que esto vino por las personas que, si viene pol ganao… la ruina total». Tal vez San Antón los protegió, pues no se podían perder salvando con ello tantas economías de los supervivientes.

En muchos lugares desde Cacabelos hasta la otra punta de la provincia tal vez de modo excepcional no se cumpla la costumbre y bendición de animales, litúrgico rito que caracteriza la celebración de su Santo protector. No obstante, «con cuidado», en la capital si contaremos con la misma en San Marcelo, pero no de modo individual sino colectivo. Y también «canto del ramo», campanas, «vueltas del santo», Santa Misa, «refranes» al Santo, en esta ocasión sin gente ante la puerta de la iglesia. La víspera habrá «hoguera», «refranes» con Manu Ferrero y «coplas» con José María Merino —paisano y académico de la RAE—, pero no en la acera de Botines. Será al lado, sin el calor del público «a puerta cerrada», aunque retransmitida desde el claustro del Palacio de los Guzmanes. Así, de modo testimonial, trataremos también de no olvidar la costumbre del «sorteo del gochín de San Antón» de la Guzmana, al vacío y etiquetado como los productos del cerdo obsequiados y recogidos «en ronda» por los comercios colaboradores habituales. Habrá «Cotinos» y «fervudo» y, sin «laconada» para cenar, echaremos en falta a dos habituales puntales inolvidables: nuestros hermanos Miguel y Liberto. Pues, ¡Que viva San Antón, que pascuas ‘ntuvía son!



Por San Antón se acaba el turrón

ANA GAITERO




Dice el refranero que por San Antón, una hora más de sol, que la gallina buena pon y que no hay niebla que dure hasta las dos porque «San Antón, frío y tristón lleva las nieblas a un rincón». El santo principal de enero se celebra un año más, segundo en pandemia de covid-19, que a otras muchas ya sobrevivió, cargado de refranes, bendiciones y días crecederos y más claros. Coplas y refranes a San Antón se cantarán hoy a montón, al calor de la hoguera, en el patio del Palacio de los Guzmanes de León víspera de la fiesta. Pero será en cuarentena, a puerta cerrada, por los rigores de la pandemia. La bendición de los animales por San Antón se recupera este año mañana domingo. Manu Ferrero y Javier Fernández Zardón, Motorines, que reemplaza la ausencia de José María Merino, son los encargados de cantar las alabanzas y chanzas de esto santo que nadie diría que es el fundador del eremitismo con lo fiestero que ha devenido. San Antón marca un punto de inflexión en la remontada del sol después de la oscura travesía del solsticio de invierno y una fiesta popular muy señalada que alarga las fiestas saturnales bajo el cobijo del santoral. San Antonio Abad (251-356), su nombre completo, es un santo muy vivo 1.666 años después de su muerte, a los 105 años de edad, un 17 de enero. Menos recordado como patrón de los amputados y mucho como protector de los animales, antaño se le encomendaba al gochín y toda clase de animales de alimento y labor y ahora bendice al perrín, al gatín y todas las mascotas que pronto acudirán con DNI. El ritual se recupera el domingo al finalizar la misa de doce en San Marcelo. Dice la tradición que hasta San Antón, pascuas son y que por San Antón se acaba el turrón, pero en León. en algunas casas, por este día las primeras orejas, y no de gocho, pues «por San Antón, huevos a montón». Y es que a partir de este día «ponen las gallinas hasta en el suelo» y por eso también se le apoda el santo huevero. No hay santo en el santoral que pueda competir en ripios con San Antón porque «de los santicos de enero, san Ildefonso el primero; detente, detente, que primero es san Vicente; detente, bruto, que primero es san Canuto; detente, varón, que primero que es san Antón»

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