domingo, 4 de febrero de 2024

Algunos datos sobre tradiciones en la Provincia Leonesa de Alonso Ponga rescatados del Cara libro / Facebook

 

Biblioteca Gonzalo de Berceo 

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Fotografía tomada de http://torrijosysucomarca.blogspot.com.es/ 

EL CULTO POPULAR A SAN ANTON (Castilla y León)
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Como el santo era abogado de los cerdos y éstos le estaban especialmente dedicados, este animal es parte central del folklore en su fiesta. En nuestras tierras tenemos la típica figura de "el gocho Antón" o "el marrano Antóm".

Era éste un cerdo que andaba solo por el pueblo, a veces con una campanilla al cuello y otras sin distintivo especial; todo el mundo lo conocía y lo respetaba. Cuando se extraviaba se tocaba a concejo y se hacían partidas de hombres para ir a buscarlo, puesto que era la representación del culto a San Antón hecha por todos los vecinos. En la Comarca de Los Oteros (León), era un devoto del santo quien regalaba el cerdo, y le engordaban entre todos, existiendo la costumbre de que en la casa que entrase tenían que darle de comer lo que quisiese. En Mayorga de Campos (Valladolid) el clero era el que compraba el cerdo. En ambos casos se subastaba el animal el día 17 de enero, y lo que se sacaba era destinado al culto en honor de San Antón. En San Román de Hornija (Valladolid) (17) también se alimentaba un cerdo entre todos los vecinos, pero la costumbre había establecido que el cerdo era para aquél en cuya casa entrase el día de San Antón, lo que daba origen a gran cantidad de escenas de picaresca, encaminadas a conseguir que el cerdo entrase en tal casa y no en la del vecino.

Estos cerdos que andaban sueltos en la calle alimentados por la caridad pública, probablemente proceden de la costumbre ya señalada de la cofradía de los "Antonianos" (18); en cualquier caso es una práctica antigua y muy extendida en Europa (19).

Este andar de casa en casa del cerdo dio origen a algunos dichos, como el que se aplica a una persona que siempre anda de un lado para otro y descuida sus cosas "ese es como el gocho Antón...".

Ofrendas al Santo


Por la teoría de la magia homeopática (lo similar produce lo similar) se explica el hecho de que las ofrendas que mayor prodigalidad alcanzan en esta fiesta son aquellas donde entran partes del cerdo, que a manera de exvotos se empezaron a llevar al santo en acción de gracias por la curación del animal.

Las principales donaciones de cerdo que se hacen son: las patas ( también llamadas pies o patos en otros sitios), lacones y la cachucha. Estas son las ofrendas más generales y extendidas por todos los pueblos, aunque hay algunos sitios donde se dan ligeras variantes: En Benuza (León) se recogían los obsequios en varios cestos: En uno se ponían las velas, en otro el lino y la lana, y en otro los lacones y cachuchas ; al acabar la misa se repartía lo recogido de la siguiente manera: las velas para el santo, los lacones y cachuchas para el cura, y el lino y la lana se subastaban, yendo a parar el dinero obtenido a la cofradía. En Pobladura de las Regueras ( León) se hacía un ramo con los pies de cerdo, que se subastaba a la salida de misa; el importe conseguido se destinaba al culto. En Santibáñez del Toral (León), el mozo soltero más viejo era el encargado de recoger por las puertas algo de cerdo o algún producto de huerta que posteriormente se subastaba.

El ofrecimiento de partes del cerdo a San Antón está reflejado en este refrán recogido en Sigüeya -Benuza- (León): "En la fiesta de San Antón, ofrece el pobre de su cochino a su patrón". En Morgovejo (León} se ofrecen patas de cerdo que se subastan a la salida de misa. Esta costumbre de ofrecer las patas de cerdo, es quizás la más extendida en todos los lugares. El pueblo ofrece las patas al santo como agradecimiento por algún favor recibido, pero de alguna manera es consciente del destino que llevarán esas dádivas, y por eso en San Román de Hornija (Valladolid} -donde a la salida de misa era costumbre "echar relaciones"-, decían esta coplilla:

Oh glorioso San Santón
¿qué haces en ese tablón
con la cabeza tan dura?
No te doy los pies de cerdo
porque te los come el cura.

En Aguilar de Campos (Valladolid} los cofrades piden por las casas y lo que recaudan lo ofrecen a los pobres. En Roales de Campos (Valladolid) se ofrecían partes de cerdo y productos de la cosecha. En Alcuetas (León} el presidente de la Junta Vecinal salía con un saco al hombro por las casas, y los vecinos le echaban allí lo que quisiesen dar de la cosecha del año anterior. El producto de esta colecta se destinaba a la misa en honor del santo. En Olmos de Esgueva (Valladolid} la fiesta tomaba carácter comunitario, pagaba la misa el Ayuntamiento y a la salida de misa bendecían una serie de productos del campo. En Villanubla (Valladolid} se llevaban a la iglesia los animales para ser bendecidos, y además se llevaban legumbres y partes de la cosecha que posteriormente se volvería a traer otra vez a casa. En Villalba de los Alcores (Valladolid} el día de San Antón era voto de villa (20}.

Bendición de los animales

La bendición de los animales en este día se remontaría a la Edad Media, coincidiendo con el patronazgo del santo sobre ellos. En los pueblos campesinos, se aplicaba fundamentalmente a los animales de labor, o a los ganados, para lo cual llevaban a estos a las puertas de la iglesia. Muchas veces ante la imposibilidad de bendecir a todos, se mandaba una representación de los mismos, pero la bendición se hacía extensiva a la generalidad. En Vizcaínos de la Sierra {Burgos} los mozos iban a misa con los burros bien adornados; a la salida se les bendecía, y daban unas vueltas a la iglesia a todo correr. En Tudela de Duero (Valladolid) un hombre adornaba un caballo y con él daba vueltas alrededor del pueblo seguido por los chiquillos; a continuación iba a la iglesia, donde el cura le bendecía {21}. En Mayorga de Campos {Valladolid}, Sahagún {León}, Valencia de D. Juan {León} y varios pueblos más de la Tierra de Campos, la juventud iba a misa con los burros y los caballos muy adornados; después de la misa eran bendecidos estos animales, y a continuación hacían cabalgadas y se "echaban refranes" ante la imagen del santo.

Muchas veces los animales que no habían sido bendecidos, participaban de la bendición de una manera indirecta: En Olmos de Esgueva {Valladolid} se bendecía la cebada que después se daba a los animales. En Bembibre {León} se bendicen unas "bollas" -panecillos de forma vagamente antropomorfa que son típicos de ese día-, de los cuales comen posteriormente las personas y, finalmente, los animales. En Roales de Campos {Valladolid} se comía ese día como dulce típico "Las rosquillas de San Antón" que se hacían con granos de anís; "se llevaban a la iglesia para bendecirlas y se las volvía a llevar a casa y se comían, se daban algunos trozos a los animales y también se les daba pan bendecido ese día..., estas rosquillas tenían formas como de muñecos, nidos de pájaros, etc. ..".

La costumbre del pan bendito el día de San Antón, nos parece que nada tiene que ver con la costumbre del "pan de los pobres" de San Antonio de Padua, puesto que si el elemento es el mismo, la intención que mueve a cada uno de los actos es distinta. El hacer muñecos y otras- figuras con pan puede responder a los mismos móviles que los rituales mágicos del totemismo, donde se pretende comer a la divinidad o algo que represente a ésta para alcanzar las cualidades de la misma {22). El hecho de dar a los animales algo bendito a comer para obtener su curación entronca con una serie de ritos que se hacen por diversas partes de León en la noche de San Juan.
[...]
Manifestaciones populares en torno a S. Antón en algunas zonas de Castilla y León
ALONSO PONGA, José Luis

Revista Folklore número: 002, Año: 1981, pps 3-10 (funjdiaz.net)


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Fotografía tomada de http://torrijosysucomarca.blogspot.com.es/ y a la que acompaña el siguiente comentario:
El "Guarro Antón" se pasea por la plaza de Gerindote en el año 1959. Así se llamaba a un cerdo que se soltaba por las calles del pueblo, durante todo el año, para ser alimentado con la caridad de los vecinos. Después, llegado el día 17 de enero, festividad de San Antón, el animal era sorteado entre los habitantes de la población.

Todavía en nuestros días existe el dicho, para gastar bromas a los más "andorreros", amantes de la calle y el bullicio, de llamarles "Guarro Antón".
Publicado por Juan Antonio Morales Gutiérrez

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