domingo, 19 de febrero de 2012

Santos de Invierno en León: Santa Brígida. Artículos Héctor-Luis Suárez



Autor: Héctor-Luis Suárez Pérez
Prof. Facultad de Educación U.León
Conservatorio “Cristóbal Halffter”, Ponferrada.


Fotos: Diario de León. Campanario Fresno de La Vega
Publicado la semana del 4 de febrero del 2003, DIARIO DE LEON


Título: Por Santa Bríjida “tente nube al renuberu”



Un año más, la pasada y gélida noche del viernes treinta y uno al sábado uno, es decir entre San Severo y Santa Bríjida, desde la muy iluminada y de espléndida factura torre de Fresno de la Vega se perpetuó la ancestral tradición de tocar “a tente nube” para ahuyentar las tormentas del resto año. Insistentemente y sin demasiadas molestias acústicas para el vecindario, esta curiosísima y sonada costumbre, les ha acompañado en la edición presente desde cerca de las diez de la noche hasta que el sistema programado de iluminación del campanario apagó la misma.

Este evento tradicional, desconocido para muchos leoneses, persiste con buenas perspectivas de futuro en Fresno de la Vega. Tan arraigada y peculiar celebración de Fresno, antaño extendida por otros pueblos de Los Oteros o la Ribera media del Esla (como bien recuerda de su pueblo Benazolve el actual párroco de San Millán), en la actualidad y mientras no se reproduzca o localice en otro lugar, representa la única prueba real e ininterrumpida de dicha tradición.

Sobre ella, nos había dado pistas el trabajo de campo de Manuel Rubio y Javier Rúa contenido en su libro “la piedra celeste”, publicado por la Diputación. En sus páginas, ambos autores describen como otrora en la noche de la víspera de Santa. Bríjida, desde el campanario de la localidad de Izagre, los mozos merendaban con buen vino, un carnero y otras viandas. Estas últimas, eran recolectadas entre los vecinos del concejo por un grotesco pasacalle de mozos ataviados con una indumentaria propiamente carnavalesca constituida a base de harapos cencerros y pellejos, que eran conocidos popularmente como “los bríjidos”. Finalizada la ronda, mientras cenaban en el campanario al amparo de una pequeña hoguera y de los efluvios del néctar, no dejaban de tocar “a nube” durante el resto de la noche.

Esto se hacía así debido a una vieja creencia por la que a los “renuberus”, personajes de la mitología leonesa encargados de formar los rayos y centellas de las tormentas, les era atribuida la facultad de generar el total de “truenas” del año precisamente esa noche. Quizás en base a ello, los lugareños de Fresno, durante el toque y siguiendo la costumbre de sus antepasados, recogían dos piedras por cada mes del año que, a modo de bendito talismán, conservaban para ser lanzadas de espaldas sobre sus hombros con destino a la tierra que en su momento tratasen de proteger contra la fatal truena.

En ésta edición, terminado el toque, durante un animado filandón campanil al que mi compañero en la investigación, el prestigioso etnógrafo Joaquín Alonso y yo el tuvimos el lujo de asistir, los más viejos participantes recordaron algunas aspectos pretéritos de la fiesta ya en desuso y olvidados. Tras degustar el exquisito chocolate y orujos, preparados como manda la costumbre para la ocasión en la sede de la asociación cultural “Fraxino”, muchas anécdotas volvieron a las memorias, como, entre otras, la relativa al garrafón de limonada con que eran obsequiados los mozos por el Sr. Cura.

Sin duda, estamos ante una de los auténticos hitos para los aficionados al mundo de las campanas y su toque, tan prestigioso como cualquiera de los encuentros de campaneros y muestras de toque que desde épocas recientes salpican nuestra provincia en época estival en pro de este bello idiófono. Pero, en este caso, no se evoca nada. Lo más interesante radica en que el mismo se desarrolla en el marco de su propia tradición de una forma perfectamente viva, pues se presenta centrado en un lugar, en una fecha, una hora, un significado y un proceder concretos, legados por un uso continuado desde el pasado. Por tanto, con esta tradición pasamos a engrosar el conjunto de las que relacionan la fiesta, el costumbrismo y la superstición en el ámbito de la religiosidad popular, con las tormentas y campanas a lo largo del año.

La asociación cultural local “Fraxino”, consciente de ello, prepara un atractivo y especializado programa de cara a convertir la próxima celebración de Sta. Bríjida en Fresno de la Vega, probablemente, en un auténtico punto de referencia de la costumbre campanil invernal. A través de esta celebración pretenden lograr el complemento entre la costumbre festiva y el rigor investigador en el trato de la tradición, de cara a presentaciones de la misma más actualizadas, a la par que respetuosas con el pasado. ¡Salve, Brígida!.




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